Lo que el viento no se lleva

23 12 2009

Aquí pues yo, [Cacique] Guaicaipuro Cuatemoc he venido a encontrar a los que celebran el encuentro. Aquí pues yo, descendiente de los que poblaron la América hace cuarenta mil años, he venido a encontrar a los que la encontraron hace solo quinientos años.

Aquí pues, nos encontramos todos. Sabemos lo que somos, y es bastante. Nunca tendremos otra cosa.

El hermano aduanero europeo me pide papel escrito con visa para poder descubrir a los que me descubrieron. El hermano usurero europeo me pide pago de una deuda contraída por Judas, a quien nunca autoricé a venderme.

El hermano leguleyo europeo me explica que toda deuda se paga con intereses aunque sea vendiendo seres humanos y países enteros sin pedirles consentimiento. Yo los voy descubriendo.

También yo puedo reclamar pagos y también puedo reclamar intereses.

Consta en el Archivo de Indias, papel sobre papel, recibo sobre recibo y firma sobre firma, que solamente entre el año 1503 y 1660 llegaron a Sanlúcar de Barrameda 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata provenientes de América.

¿Saqueo? ¡No lo creyera yo! Porque sería pensar que los hermanos cristianos faltaron a su Séptimo Mandamiento.

¿Expoliación? ¡Guárdeme Tanatzin de figurarme que los europeos, como Caín, matan y niegan la sangre de su hermano!

¿Genocidio? Eso sería dar crédito a los calumniadores, como Bartolomé de las Casas, que califican al encuentro como de destrucción de las Indias, o a ultrosos como Arturo Uslar Pietri, que afirma que el arranque del capitalismo y la actual civilización europea se deben a la inundación de metales preciosos!

¡No!  Esos 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata deben ser considerados como el primero de muchos otros préstamos amigables de América, destinados al desarrollo de Europa. Lo contrario sería presumir la existencia de crímenes de guerra, lo que daría derecho no sólo a exigir la devolución inmediata, sino la indemnización por daños y perjuicios.

Yo, Guaicaiputo Cuatemoc, prefiero pensar en la menos ofensiva de estas hipótesis.

Tan fabulosa exportación de capitales no fueron más que el inicio de un plan MARSHALLTESUMA, para garantizar la reconstrucción de la bárbara Europa, arruinada por sus deplorables guerras contra los cultos musulmanes, creadores del álgebra, la poligamia, el baño cotidiano y otros logros superiores de la civilización.

Por eso, al celebrar el Quinto Centenario del Empréstito, podremos preguntarnos:

¿Han hecho los hermanos europeos un uso racional, responsable o por lo menos productivo de los fondos tan generosamente adelantados por el Fondo Indo americano Internacional? Deploramos decir que no.

En lo estratégico, lo dilapidaron en las batallas de Lepanto, en armadas invencibles, en terceros Reichs y otras formas de exterminio mutuo, sin otro destino que terminar ocupados por las tropas gringas de la OTAN, como en Panamá, pero sin canal.

En lo financiero, han sido incapaces, después de una moratoria de 500 años, tanto de cancelar el capital y sus intereses, cuanto de independizarse de las rentas líquidas, las materias primas y la energía barata que les exporta y provee todo el Tercer Mundo.

Este deplorable cuadro corrobora la afirmación de Milton Friedman según la cual una economía subsidiada jamás puede funcionar y nos obliga a reclamarles, para su propio bien, el pago del capital y los intereses que, tan generosamente hemos demorado todos estos siglos en cobrar. Al decir esto, aclaramos que no nos rebajaremos a cobrarles a nuestros hermanos europeos las viles y sanguinarias tasas del 20 y hasta el 30 por ciento de interés, que los hermanos europeos le cobran a los pueblos del Tercer Mundo.

Nos limitaremos a exigir la devolución de los metales preciosos adelantados, más el módico interés fijo del 10 por ciento, acumulado solo durante los últimos 300 años, con 200 años de gracia. Sobre esta base, y aplicando la fórmula europea del interés compuesto, informamos a los descubridores que nos deben, como primer pago de su deuda, una masa de 185 mil kilos de oro y 16 millones de plata, ambas cifras elevadas a la potencia de 300. Es decir, un número para cuya expresión total, serían necesarias más de 300 cifras, y que supera ampliamente el peso total del planeta Tierra.

Muy pesadas son esas moles de oro y plata. ¿Cuánto pesarían, calculadas en sangre?

Aducir que Europa, en medio milenio, no ha podido generar riquezas suficientes para cancelar ese módico interés, sería tanto como admitir su absoluto fracaso financiero y/o la demencial irracionalidad de los supuestos del capitalismo.

Tales cuestiones metafísicas, desde luego, no nos inquietan a los indos americanos. Pero sí exigimos la firma de una Carta de Intención que discipline a los pueblos deudores del Viejo Continente, y que los obligue a cumplir su compromiso mediante una pronta privatización o reconversión de Europa, que les permita entregárnosla entera, como primer pago de la deuda histórica…





De los buitres y otras aves carroñeras

17 09 2009

Ahora que la rutina poco a poco vuelve a envolvernos, me he propuesto escribir un poco más (y mejor si es posible) en el blog. Y para comenzar con esta nueva temporada he creído apropiado reflejar una reflexión que, aunque hace ya mucho tiempo que esta presente en muchas cabezas, por desgracia no deja de estar a la orden del día. Para ello me voy a apoyar en un artículo que leí el pasado sábado día 12 mientras volvía de un viaje de trabajo. Se trata de un artículo de opinión de El País escrito por José Vidal-Beneyto, director del Colegio Miguel Server de París y presidente de la Fundación Amela.

Para que os hagáis una rápida idea de por donde van los tiros, el subtitular reza El patrimonio de los 10 más ricos del mundo es superior a la suma de las rentas nacionales de los 55 países más pobres. Así de simple y así de contundente.

No voy a cuestionar aquí el origen de todo esto, ni el sistema… sabemos lo que hay y eso daría para muchas líneas. Pero, creo que merece tomarse un respiro y pensar en esto, especialmente en este momento que muchos de nosotros, nuestros familiares, amigos y conocidos, se han visto golpeados por una crisis como muchos de nosotros no habíamos conocido (y recuerdo que nosotros estamos en el mundo «desarrollado»). Aun así sigue habiendo gente que reúne capitales tan inmensos que llegan a ser absurdos, lo que realmente es algo que no comprenderé nunca.

Hasta qué punto llega ese pensamiento de algunos como para promulgar los “Diez mandamientos para el éxito” (de Dany Robert-Dufour). Perdonarme, quizá no tengo la cabeza estructurada como un economista neoliberal, pero solo leer alguno de los mandamientos que cita el artículo me da mucho que pensar: “tu única guía será el egoísmo”, “violarás las leyes sin que consigan cogerte”, “los otros serán sólo instrumentos para el logro de tus objetivos”…

Pero lo que es la repera es lo que viene ahora, un concepto que desconocía hasta ahora: los fondos buitres: fondos especializados en comprar deudas comerciales de los países más pobres para intentar revenderlas obteniendo unos beneficios importantes. Caso práctico (y real): Zambia tiene una deuda con Rumania de 11,4 millones de euros, que es probable que no cobre a corto plazo. Aparece en escena la financiera internacional Donegal International que le compra esa deuda al país europeo por algo menos de 4 millones de dólares. Más vale pájaro en mano que ciento volando, pensarán los rumanos. La deuda pasa a ser ejecutiva según la Alta Corte de Londres, acumulando unos intereses suficientes como para que luego Donegal pida al país africano 55 millones de dólares. Increíble.

¿Por qué no les dan una pistola y tantas balas como habitantes para que directamente se peguen un tiro? O mejor, que junten cabezas y así podríamos incluso ahorrar munición. Pero claro, no puede ser porque así dejarían de ser rentables (creo que empiezo a pensar como un economista neoliberal).

Tomando las palabras de José y antes de muchos otros: nunca los ricos fueron tan ricos, ni los pobres tan pobres. Más de la mitad de la población mundial se las tiene que apañar con unos 2 dólares al día, y más de 1.300 millones con menos de 1 dólar. Cada 3 segundos muere un niño por causas relacionadas con la pobreza (3 segundos!!! Cuantos habrán muerto antes de que termines de leer esto?) mientras que cada día se multiplica la fortuna de los más ricos.

Termino igual que termina el citado artículo:

¿Qué puede justificar que el patrimonio de las 10 primeras fortunas del mundo sea superior a la suma de las rentas nacionales de los 55 países más pobres? ¿Cuándo dejaremos de tolerar tanta ignominia, cuándo pondremos fin a tanta abominación?





El dinero es deuda

22 12 2008

Un compañero me habló de este video, y la verdad es que está de lo más interesante. Yo no he podido evitar sorprenderme un montón con ciertas cosas que explica… si teneis 50 minutos, merece la pena, aprenderéis sobre el por qué de la inestabilidad del sistema actual, y os dareis cuenta de que el dinero no existe…

Salut.